en la patagonia

en la patagonia
uuy hace frio

Sunday, November 18, 2007

UN TEMA DE LA MAYOR IMPORTANCIA: POR QUE CRECE (electoralmente)EL PRI?

Recupera el PRI a sus electores

Luego de 15 procesos celebrados en 14 entidades a lo largo de este año, el tricolor regresó a su votación histórica, el PAN compitió con una fortaleza menguada y el PRD apenas logró ganar gracias a que remontó sus divisiones internas y el discurso beligerante. Los partidos pequeños le apostaron al pragmatismo con tal de mantener su registro y prerrogativas


ALBERTO AGUIRRE
El Universal
Domingo 18 de noviembre de 2007

Con la reforma constitucional aprobada por el Congreso hace dos meses, cambiarán las reglas del juego electoral. Los partidos jubilaron las campañas basadas en la propaganda y arrancarán un periodo en el que tal vez tendrán más peso las estructuras electorales.

Pero en los 15 comicios celebrados en 14 entidades durante 2007 apareció un PRI regenerado, un PAN exánime, un PRD que sólo pudo ganar cuando superó las divisiones internas y el discurso beligerante, y los partidos pequeños jugaron al pragmatismo con tal de rescatar registro y prerrogativas.

Un análisis desagregado, elaborado por la firma Consulta Mitofsky, refiere que 42% de los votantes sufragaron por candidatos del PRI, mientras que 31.5% lo hizo por propuestas del PAN y 16% por el PRD.

En comparación con los votos generados en la elección del 2 de julio de 2006 para diputados federales, el PRI obtuvo nueve puntos más, en tanto que el PAN bajó 2.4 puntos y el PRD perdió 11.7.

En ocho de los 14 estados en disputa —Yucatán, Chihuahua, Aguascalientes, Oaxaca, Veracruz, Sinaloa, Tamaulipas y Puebla— el PRI se colocó como la primera fuerza electoral, mientras que el PAN lo hizo en Durango, Baja California y Tlaxcala, y el PRD lo consiguió en Zacatecas, Chiapas y Michoacán. De los 14 millones de votos generados en las elecciones, sólo 10% fue para los llamados “partidos chicos”.

En cuanto a las gubernaturas en disputa, los tres partidos grandes quedan tablas: el PRI recuperó Yucatán con Ivonne Ortega; el PAN derrotó a Jorge Hank Rhon en Baja California, y el PRD llevó al triunfo a Leonel Godoy en Michoacán.

“Es muy claro el patrón de votación: en 2007 los partidos regresaron a sus votaciones históricas, aunque en el caso del PRD la caída es abrupta: no pudo conservar las simpatías electorales que en su momento generó Andrés Manuel López Obrador”, resume Jorge Buendía Laredo, doctor en Ciencia Política por la Universidad de Chicago.

Más que un realineamiento de las fuerzas políticas, observan expertos en el sistema político mexicano, en el año 1 después de la victoria de Felipe Calderón, vuelve a darse un comportamiento diferenciado del elector y de los partidos.

PRD, ¿MEJOR SOLO...?

El ex candidato presidencial de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, empató su rol de “presidente legítimo” con el calendario electoral de 2007; salvo en Michoacán, acudió a los estados donde hubo procesos electorales para apoyar a los candidatos de la izquierda. Su presencia, sin embargo, no se tradujo en votos. “Para que AMLO impactara las contiendas locales sería menester que éstas se nacionalizaran y que, además, el PRD presentara candidatos locales atractivos. Ninguno de estos factores estuvo presente”, dice Jorge Buendía.

Y es que la alianza entre el PRD, PT y Convergencia que formó el Frente Amplio Progresista (FAP) para el Congreso de la Unión, simplemente fue inoperante en el terreno electoral.

Como en 2006, los tres partidos conformaron la coalición para competir en las elecciones de diputados en Oaxaca y no lograron ganar un solo distrito.

Con la adición de Alternativa y el PVEM compitieron en los comicios de Michoacán y ganaron. Pero en el resto de las 14 elecciones su división pulverizó el voto generado para la izquierda.

Ninguno de los tres partidos del FAP —juntos o separados— pudo ganar distritos electorales en Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Durango, Puebla, Sinaloa, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán.

En primera instancia, las negociaciones del PRD para sumar aliados fracasaron. Solos fueron a la elección para gobernador de Yucatán, luego de que López Obrador repudiara la probable nominación de la ex panista Ana Rosa Payán, y obtuvieron 22 mil 496 votos, 2.54% de la votación estatal. También sin aliados el PRD fue a los comicios de Aguascalientes, donde se renovaron 10 alcaldías y 18 diputaciones de mayoría relativa, para obtener apenas 6.87% de la votación estatal. En esa entidad, el sol azteca pasó al cuarto lugar, por debajo del PVEM.

El PRD hizo alianza con Convergencia y marginó al PT en Chihuahua, Puebla y Zacatecas. En esta última entidad, si los tres partidos hubieran competido juntos, habrían acaparado 47% de la votación local.

El PT aprovechó el pleito entre la gobernadora Amalia García y su antecesor, Ricardo Monreal Ávila, para quedarse con 14.28% de los votos zacatecanos.

A la inversa, Convergencia y el PT se coaligaron en Durango y Baja California, y el PRD quedó marginado.

En las elecciones de Veracruz sólo en 25 de los 217 municipios, de los cuales sólo ganaron en Acatlán, donde el PT y Convergencia prefirieron hacer alianza en los dos distritos de la capital, Xalapa.

En Tamaulipas el PRD hizo alianza en seis de los 19 distritos electorales de Tamaulipas y en tres de los 43 municipios, para ganar en Jaumave.

Cada quien por su lado, el PRD, PT y Convergencia compitieron en las elecciones municipales de Oaxaca. De los 151 municipios en disputa, en 45 ganó el PRD, en tres el PT y en cinco Convergencia. Igual pasó en Tlaxcala, donde el PRD se quedó con 20% de la votación estatal, el PT con 6% y Convergencia con 5%.

Para Roy Campos, director ejecutivo de Consulta Mitofsky, esa falta de cohesión impide que la izquierda electoral tenga presencia nacional.

“El PRD hizo el ridículo donde no gobierna; mostró que no es un partido nacional, que tiene grandes huecos, que en el norte no tiene simpatizantes si no hay una figura que atraiga votantes”, dice Campos Ezquerra, quien observa un fenómeno de “contracción” de la fuerza electoral que mostró el PRD en los comicios presidenciales del año pasado, justamente por la ausencia de López Obrador en la boleta electoral.

“En 2006 la figura de AMLO planteó la idea de que el PRD ya existía en todo el país, cuando no es así; los votos eran por él, y ahora él no estaba en la boleta. Las dinámicas nacionales no se dieron y en las locales no estaba”, precisa.

El politólogo Gustavo López Montiel cree que el PRD moderado fue el que ganó la gubernatura de Michoacán. “El triunfo de Leonel Godoy reafirma una tendencia generada entre varios grupos de comenzar a mantener actitudes menos contestatarias y más involucradas en procesos de negociación”, definió.

EL MEJOR ALIADO

Hace un año, tener al PRI y a Nueva Alianza coligados sonaba como a mezclar agua con aceite. Pero la alquimia funcionó, al menos en el caso de Sinaloa y Chihuahua, donde el tricolor pudo posicionarse como la primera fuerza política, aliado con el partido de la maestra Elba Esther Gordillo.

En Durango y Tamaulipas, ambos partidos hicieron alianzas parciales y ganaron. Como nunca antes, el PRI integró a sus listas de candidatos a maestros, empresarios, deportistas y locutores. A juzgar por los resultados, ésa es la receta perfecta para revitalizar al PRI después del descalabro de los comicios de 2006.

El PRI venció a su propio pasado: mostró que el efecto negativo que propició la nominación de Roberto Madrazo como candidato presidencial era coyuntural, y se erigió como una fuerza política capaz de vencer al PAN en las zonas urbanas.

De 14 capitales que estuvieron en disputa, el PRI ganó nueve, el PAN cuatro y el PRD sólo en Tuxtla Gutiérrez y con un candidato “ciudadano”. “No estar en Los Pinos ha hecho que el PRI se haya modernizado: tiene mejores cuadros; selecciona mejor a sus candidatos y hace mejores campañas”, juzga Roy Campos, director ejecutivo de Consulta Mitofsky.

La mitad de las 14 entidades donde hubo elecciones tienen gobernadores del PRI y en todas ellas, los triunfos del tricolor fueron contundentes. En Tamaulipas acumuló 54.3% de los votos, 51% en Sinaloa, 49.5% en Oaxaca y 47.3% en Veracruz. Paradójicamente, el peor desempeño electoral del PRI ocurrió en Tlaxcala, donde no ganó uno solo de los 18 distritos de mayoría.

Roy Campos hace un esfuerzo y no puede recordar, por lo menos en la última década, en la que se haya presentado una situación similar. “Y para colmo, es la tierra de la presidenta del PRI, Beatriz Paredes Rangel”.

Para Gustavo López Montiel, coordinador de la licenciatura en Ciencia Política del Tecnológico de Monterrey, este año se difuminaron las distorsiones que sustentaban los augurios de una próxima extinción del priísmo. “Los gobernadores jugaron en 2006 para proteger sus intereses, lo que se demostró después; y las elecciones locales tienen una lógica distinta a las federales. En las elecciones locales los gobernadores y los grupos de poder tienen más control no únicamente de las candidaturas, partidos, órganos electorales y otros actores políticos, sino también de los medios y las estructuras clientelares”, sintetizó.

PAN: EL INMOVILISMO

Como si se hubiera congelado en el tiempo, el PAN obtuvo en las 15 elecciones del año, el mismo porcentaje de votos (32%) que obtuvo hace seis años. ¿Un sexenio de parálisis? Quizá un poco más, pues la maquinaria electoral a cargo de Manuel Espino Barrientos acumuló derrotas que resultaron sorprendentes, dada la buena calificación que tiene el presidente Felipe Calderón Hinojosa.

“La buena imagen presidencial ha tenido un impacto limitado en la votación del PAN”, sentenció Jorge Buendía. Este año, el partido en el gobierno federal perdió la gubernatura de Yucatán y dejó de ser gobierno en los ayuntamientos de Veracruz-Llave, Mazatlán, Aguascalientes capital y Reynosa.

La importancia estratégica de esos municipios disminuye el impacto de los triunfos logrados por sus candidatos. En escenarios de competencia bipartidista, el PAN pudo mantenerse como primera fuerza en Mérida y Chihuahua capital, que además de Zacatecas y Mexicali forman el cuarteto de capitales que ganó Acción Nacional en los 14 estados donde hubo elecciones este año. Al PRI, además, le arrebató el gobierno municipal de Tijuana.

“La consideración de fracaso tiene más carácter de emoción que de realidad (lo mismo que la victoria del PRI porque es estacional); se generó la expectativa de que ganaría donde no debería generarse (los estados priístas), y pierde posiciones que parecían suyas para siempre”, dice Roy Campos.

Jorge Buendía tiene poco qué decir del desempeño electoral del PAN. “Ha perdido casi todos los procesos electorales después de Calderón, con excepción de Baja California. Incluso, la candidatura única de Germán Martínez, lejos de ser un activo, puede convertirse en un aspecto que reste legitimidad al PAN, dentro y fuera, más que verse como un aspecto que asegure la cohesión interna”, sentenció.

Coincide el politólogo Gustavo López Montiel: “Pareciera como si el PAN hubiera perdido los activos electorales conseguidos a lo largo de los 90 y principios del siglo XXI, y hubiera dejado de construir liderazgos en los estados que lo ubiquen como un referente electoral de fuerza”.


No comments:

About Me

My photo
He sido dirigente del movimiento estudiantil de 1968, dirigente en el PMT, miembro fundador del Movimiento de Acción Política y del PSUM en los setentas. Miembro Fundador de la UNORCA. De abril a julio de 2006 fui el coordinador general de la campaña presidencial de Patricia Mercado. Como funcionario público he sido Subsecretario en la Secretaría de Agricultura, y Subsecretario en la Secretaría de la Reforma Agraria en México entre 1988 a 1994. En 1995 me desempeñé como Director de Desarrollo Rural de la FAO en Roma y desde 1997 hasta 2005 fungí como Representante Regional de la FAO para América Latina y el Caribe. Como escritor soy miembro Fundador de La Jornada y colaborador de la Revista Nexos. De 2006 a 2009 fui profesor visitante en el Taller de Teoria Política de la Universidad de Indiana en Bloomington, dirigido por los profesores Vincent y Elinor Ostrom. EN 2015 fui Profesor Tinker en la Universidad de Wisconsin en Madison. He terminado dos libros a publicarse sobre la transición política en México. He terminado un libro sobre las reformas rurales en 1991 y estoy trabajando en una trilogía novelada. El primer tomo se llama 68.

Labels

Dulce trémulo