En el actual conflicto de Alternativa Socialdemócrata, la batalla no es “feministas contra no feministas”, sino dos visiones de ejercer la política: una libertaria y otra autoritaria, afirma Patricia Mercado.
En medio de la guerra desatada en el proceso interno para renovar la dirigencia del aún llamado Partido Alternativa Socialdemócrata (PAS), su fundadora y ex candidata presidencial, Patricia Mercado, advierte que la exclusión que se ha hecho de la visión feminista y progresista que pretendía construir una “nueva política” a través de este instituto político, se traduce hoy en una “derrota para la democracia”.
A unos días de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) resuelva si valida o no la reelección de Alberto Begné al frente del partido, en entrevista la también ex dirigente sindical hace en esta primera entrega una autocrítica de lo que ocurre en el PAS.
“El dinosaurio no ha muerto”, subraya Mercado al destacar que al interior de Alternativa se incubó un proyecto político, encabezado por Begné, que pretende dar al traste con los principios y banderas que ese partido enarboló en la campaña electoral de 2006: derechos de las mujeres, agenda de la diversidad sexual y defensa de los derechos humanos y medio ambiente.
La presidenta de la Fundación Voz Alternativa acusa a Begné y a sus más cercanos colaboradores (Jorge Carlos Díaz Cuervo y Enrique Pérez Correa) de recurrir a viejas prácticas de la política en las que el fin justifica los medios, se trampea la ley, las reglas son un simple referente y donde la cultura es el monopolio de la acción política y no de la competencia.
Begné fue reelecto el pasado 30 de marzo en una asamblea “a modo”, a decir de simpatizantes de Mercado, la cual originalmente había sido diferida por el Consejo Político Nacional del partido para el 30 de mayo, resolución que Begné y sus seguidores no acataron, llevando a cabo el evento.
El pasado 16 de marzo, un grupo de “golpeadores”, aparentemente al mando de Alberto Begné, impidió la participación de Patricia Mercado y su gente en la asamblea, para renovar a la dirigencia del PAS en el Distrito Federal.
Los errores
Asimismo, Mercado rechaza que hubiera de su parte una ambición desmedida de poder, tal y como argumenta la Nueva Mayoría, grupo encabezado por Begné.
“Si hubiera querido apoderarme del partido no invito a Begné a ser presidente, no le doy (la Secretaría de) Finanzas, no le doy Ética. Nadie conocía a Alberto, yo convencí al Consejo Político de que necesitábamos crecer y ampliar horizontes con nuevos liderazgos...”, recuerda Mercado.
Y lamenta: “Nunca pensé que fuera el hampón que descubrió ser”.
Redes, necesarias
Con experiencia como fundadora de otros partidos —Democracia Social y México Posible— Patricia Mercado explica por qué ha sido difícil para las mujeres afianzarse en estructuras electorales desde las cuales impulsen los derechos de las mujeres (agenda de género).
Nuevas figuras políticas
Argumenta Patricia Mercado que los hombres, quienes desde hace 50 años han construido la política vigente en México, son expertos en viejas prácticas del quehacer político.
Y pone a la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo como “ejemplo extremo” de cómo las mujeres pueden mantenerse en el poder si recurren a la cultura política de “represión, compra de conciencias, en fin, a esas reglas”.
Descarta que los nuevos sujetos políticos, entre ellos las mujeres, tengan que entrar a esas viejas reglas para sostenerse en la política: “Sería una entrada pírrica, una entrada de segunda”.
Recuerda que la incorporación masiva de las mujeres a la vida pública comenzó hace 15 años y que muchas de ellas ingresaron con una formación política que difería del consenso imperante en las cúpulas de poder.
“El disenso era mal visto. Ahora estamos en otra realidad donde la columna de la vida política es el disenso. La historia de Alternativa, historia construida en gran parte por la mirada feminista, necesariamente es una mirada democrática que se hace cargo de la diferencia”.
Las mujeres estamos más acostumbradas a que no nos llevamos todo, opina.
“En el Alternativa Socialdemócrata nos enfrentamos a hombres y mujeres que no vienen de una formación más democrática, de la lucha ciudadana. Están impregnados de la vieja cultura donde es ‘todo o nada’, donde al otro hay que aplastarlo, con la frase ‘al enemigo no hay que dejarlo herido, hay que matarlo’. Todo esto implica un razonamiento muy atrasado de cómo vamos a obtener los espacios de gobernabilidad en el Estado o en el país”.
Histórico autoritarismo
La ex presidenta del Partido Alternativa Socialdemócrata recalca que América Latina es una región autoritaria, marcada por una historia de dictaduras militares, en donde México se caracterizó durante 70 años por tener un régimen de partido de Estado. “Esto no va a cambiar de un día para otro”, observa.
En contraste, dice Mercado, “las mujeres políticas venimos de otra formación, de otra cultura, muy nueva. Una formación más principista, de cuerpos conceptuales, de militancias voluntarias. Por eso hasta ahora no hemos podido ganarle a la vieja política”.
Por ello, ante prácticas sucias, como las de Alberto Begné y compañía, las mujeres salimos derrotadas, afirma.
No obstante, “en el actual conflicto en el PAS la batalla no es ‘feministas contra no feministas’, son dos visiones distintas de ejercer la política: una libertaria y otra autoritaria”.
Y agrega, “el feminismo es uno de los movimientos más modernos de nuestra región, más libertarios, en donde las mujeres han estado y se mueren en la raya avanzando en la democracia”.
Las mujeres, concluye Patricia Mercado, siempre salimos perdiendo con cuestiones autoritarias, siempre, no hay manera de que ganemos en procesos autoritarios. La única manera es en democracia, ¿por qué? Porque se reconoce nuestra diferencia y a partir de eso podemos entrar y participar”.
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Rafael Maya
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