Jorge Javier Romero planteó las principales lineas de discusión de lo que se estaría conformado como la posición de Alternativa en materia de una nueva política para enfrentar el narcotrafico y la inseguridad:
La actual política contra las drogas es un desastre. No cumple con sus objetivos: no da más seguridad y no disminuye la disponibilidad de drogas.Como lo hemos dicho desde hace tiempo, es necesario despenalizar el debate.
La sociedad ya está exigiendo una alternativa y es hora de que las autoridades comiencen a escuchar.Nosotros hemos propuesto un cambio paulatino en la forma de abordar la cuestión de las drogas que comience con la mariguana y la planta de la cannabis, porque nunca ha matado a nadie, porque forma parte de la tradición mexicana, porque tiene usos médicos y usos industriales muy importantes.
En las circunstancias actuales, hay que ir más allá y platear una política integral y distinta frente a las drogas, su consumo y su comercio.Para enfrentar eficazmente a los delincuentes que controlan el comercio de drogas, hay que quitarles el mercado y dejarlos sin ganancias. Eso sólo se puede lograr con nuevas reglas.
El asunto más importante es abordar la cuestión de las drogas y las adicciones sin prejuicios morales.Es necesario reconocer la existencia del mercado y atacarlos desde el lado de la demanda, en lugar de hacerlo, como hasta hoy, desde la oferta.
La política de drogas del Estado mexicano debe poner sus principales energías en la disminución de la demanda a través de la información veraz y completa, la educación, la diferenciación entre tipos de drogas y las políticas de desintoxicación y rehabilitación.La política del Estado mexicano frente a las drogas debe abordar el asunto desde la perspectiva de la salud pública. Los consumidores y los adictos no deben ser tratados como delincuentes. La reducción del daño debe guiar la acción estatal respecto a las drogas.
México debe hacer un trabajo activo en la ONU y los organismos internacionales para cambiar la estrategia y avanzar al control estatal de los mercados de drogas.Los esfuerzos policiales deberían enfocarse en el control de armas, más que en el tráfico de drogas. También ese es un tema de política exterior activa en los espacios multilaterales.El fundamento de la política del gobierno es que las drogas no lleguen a nuestros hijos. Es mucho más importante que nuestros hijos no lleguen a las drogas.
El comunicado de prensa que se repartió condensó la intervención de Patricia Mercado:
La seguridad no sólo es un asunto policial, sino de transformación del entorno social, afirmó.
Es mucho más importante que nuestros hijos no lleguen a las drogas.
La política de drogas, afirmó, tiene que cambiar radicalmente. En lugar de enfocarse al control de la oferta, debe poner su principal objetivo en la reducción de la demanda.
Para derrotar a los delincuentes, además de aplicarles todo el peso de la ley, debe arrebatárseles el negocio. Eso significa que el Estado ponga el acento en la reducción de la demanda a través de la información completa, la diferenciación entre drogas, la educación, la reducción del daño y la rehabilitación.
Para Mercado, la política exterior del gobierno mexicano debe orientarse a promover, en los organismos internacionales, la discusión de una nueva estrategia que implique la regulación estatal de los mercados de drogas.
Una política laica hacia las drogas debe despojarse de prejuicios morales y abordar el tema como un asunto de salud pública, donde los consumidores y los adictos no sean tratados como delincuentes. Una política de reducción del daño, que evite los daños a la salud colaterales al consumo, debe ser el objetivo.
El objetivo debe ser que nuestros hijos no lleguen a las drogas, no sólo que las drogas no lleguen a nuestros hijos, declaró Mercado.
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