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Friday, August 11, 2006

JUSTICIA Y COMPETENCIA DOS VALORES CLAVES PARA UNA IZQUIERDA CONTEMPORANEA

DISCURSO DE PATRICIA MERCADO CANDIDATA A LA PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA 2006-2012 EN EL ITAM (26-04-2006).


Me encuentro en este centro del conocimiento con una enorme alegría después del primer debate presidencial porque pienso que ayer se demostró que:

1.Ya ganamos porque somos la única Alternativa frente a los partidos de siempre y las encuestas lo reflejan. Nosotros estamos comprometidos con propuestas que resuelvan los problemas cotidianos de las personas’.
2. Somos la única Alternativa que demostró que puede lograr coincidencias y acuerdos. ‘Cómos’ hay muchos, lo que importa es que haya acuerdos que favorezcan a las personas. En Alternativa queremos pactar por la sociedad para resolver los problemas de la vida cotidiana’
3. Los invito a hacer un voto de protesta contra los partidos de siempre para que construyamos juntos una Alternativa.

Estoy aquí, en esta universidad por lo que representa. Grandes economistas mexicanos han salido de aquí y han cambiado nuestro país. Unos los han cambiado para bien, y otros no lo han logrado. Vengo aquí para que los estudiantes que se gradúan de esta gran institución no olviden en ningún momento la responsabilidad social que va de la mano con el privilegio que han recibido. Son pocos lo jóvenes mexicanos que reciben educación como la que reciben ustedes, y una parte central de mis objetivos como candidata a la presidencia de la república es que sean todos los jóvenes del país los que tengan este privilegio.

Hoy México no puede desligar su política social del principal problema que nos afecta a todos: la desigualdad en la distribución del ingreso. Por eso, propongo una política social que se convierta en el centro de la política económica.

México le exige a sus políticos enfrentar la realidad: hoy no podemos tener programas sociales que acentúen las diferencias entre el campo y la ciudad, entre estudiantes de escuelas públicas y escuelas privadas, entre hombres y mujeres, entre ricos y pobres. La sociedad mexicana debe encaminarse hacia la igualdad efectiva de oportunidades y a la igualdad de trato.

La sociedad mexicana actual enfrenta obstáculos diferentes para todas la personas. Los niños requieren de atención especializada para edades diferentes. Las mujeres en el campo tienen otras necesidades que las mujeres cosmopolitas. Lo mismo sucede con estudiantes, trabajadores, padres de familia y pequeños y grandes empresarios. El entorno de cada individuo exige una política adaptada a su realidad que permita la realización de una vida digna.

Propongo seis compromisos básicos e integrales para la política social:

Atención especial a las familias mexicanas.
Apoyar a los mexicanos desde que nacen.
Lograr la equidad de género.
Mayor equidad entre le campo y la ciudad.
Mantener una política de desarrollo que mejore la distribución de la riqueza.
Encaminarnos a un sistema de seguridad social universal.

No hay manera de construir un país democrático sin abrir oportunidades para todos. Las carencias de muchos empiezan desde lo básico: alimentación, ingreso mínimo, techo, salud y educación. Por esta razón, México no puede avanzar sin primero fortalecer la inversión en su capital humano, asegurando la equidad de género en el desarrollo de las personas. Por supuesto, la falta de recursos de nuestro país también está reflejada en la imposibilidad de llevar a cabo programas extensivos y de impacto inmediato. Pero hay soluciones que no requieren demasiada inversión y que aportan grandes beneficios. Por ejemplo cosas sencillas que logran cambios de largo plazo, como cambiar los horarios escolares permitiendo que los niños puedan disfrutar un entorno más seguro y que reciban mayor atención que solos en sus casas porque sus padres están trabajando. Con una propuesta para reestructurar el DIF, y subirlo al rango de secretaría de estado se podrán atender desde el origen muchos problemas que enfrentan las familias mexicnana. Niños sin atención, adultos mayores abandonados, mujeres víctimas de la violencia.

Lo mismo ocurre en la educación. Impulsar el preescolar es una manera eficaz de solucionar muchos de los obstáculos que los niños enfrentan después en la primaria. Además, la integración de programas de desarrollo puede también mitigar el problema de la falta de recursos. Por ejemplo, el preescolar también es una oportunidad para que el gobierno pueda ofrecer ahí programas integrales de combate a la desnutrición y asistencia médica para quienes lo requieran. Estos programas, como todos los demás, deben abordarse desde el principio pues ni el hambre, ni las enfermedades pueden esperar a ser atendidas.

La equidad de género es un aspecto fundamental del desarrollo de las sociedades modernas. Es hora de que el discurso político acepte abiertamente un hecho indiscutible: México no cuenta con oportunidades iguales para las mujeres. Asimismo, los programas de desarrollo no pueden pasar por alto esta realidad que exige equidad de género en el acceso a la salud, la educación y las fuentes de trabajo. En nuestro país el más pobres de los pobres no es el, es la más pobre de los pobres. Es indispensable igualar los derechos laborales de los hombres y las mujeres, además de ofrecer asistencia para las necesidades particulares de la mujer, sobre todo en el tema de la maternidad.

En el campo y en la ciudad, la falta de oportunidades para el desarrollo físico, mental, profesional y familiar de las mujeres se traduce en formas distintas. Por esto, los programas de desarrollo deben subrayar la necesidad de combatir los problemas particulares de mujeres que viven diferentes entornos. Finalmente, el abuso sexual, la discriminación en el trabajo y el machismo en los hogares son manifestaciones de una misma creencia que desintegra a las familias y repercute en toda la sociedad. Esta coyuntura también me lleva a proponer una red de atención a las familias en los que se toquen otros temas como el de las adicciones, la delincuencia juvenil, y la planeación familiar.

El crecimiento económico con equidad implica que al campo se le preste mucho más atención que la actual. Las condiciones tan difíciles y contrastantes del campo en México exigen que México se concentre en el fomento rural, es decir, la inversión pública y privada al campo, así como la innovación tecnológica y la integración de cadenas productivas regionales.

Hace una semanas en la Plaza de las Tres Culturas en Tlaltelolco presenté lo que a mi juicio son los seis valores que definen a una izquierda moderna.El primero de ellos es LA JUSTICIA. Nos ubicamos claramente en el campo de la izquierda. Nuestra acción política está guiada por un valor definitorio. La justicia. No como dádiva ni graciosa concesión sino como derecho de los ciudadanos. México es uno de los países más desiguales del mundo. Esta desigualdad dificulta enormemente la reducción de la pobreza y bloque el crecimiento y el progreso.

La desigualdad no es sólo de ingresos sino también en el acceso a la educación y la salud, en la aplicación de las leyes, en capacidad de influir en las decisiones políticas. Unos cuantos deciden por muchos. Hay además una grave desigualdad entre el campo y la ciudad y entre hombres y mujeres, y entre indígenas y el resto de la población.

En ningún ámbito es más clara la necesidad de justicia que en el campo mexicano.Aqui se concentra el mayor porcentaje de personas que sufren pobreza,desnutrición,educación inadecuada y todo tipo de discriminaciones. Por eso la vara con la que se puede medir el compromiso real de los candidatos presidenciales con la JUSTICIA está en sus propuestas para el campo.
Se trata de Justicia concreta. Por eso propongo UN NUEVO TRATO PARA EL MEDIO RURAL Y SUS HABITANTES. Me refiero a un Nuevo Trato es dos sentidos. Una nueva manera con la cual el país y particularmente la sociedad urbana se relacione con el campo. Y, por otra parte un acuerdo que eleve como asunto de interés nacional el progreso del campo y de sus habitantes. El NUEVO TRATO HACIA EL CAMPO se sustenta en 7 acciones estratégicas:
· una autentica política federalista,
· la ampliación a 15 años más del PROCAMPO,
· el establecimiento del INGRESO MINIMO CIUDADANO,
· un programa integrado de competitividad en las actividades agropecuarias,
· el reforzamiento de la PROCURADURIA AGRARIA como instancia de Defensoría de los habitantes rurales,
· el establecimiento de un COMITE CIUDADANO con amplias facultades para evaluar el impacto de las políticas rurales y en su caso corregirlas,


La inversión en los programas de desarrollo social no puede completarse sin asegurar un ambiente económico favorable en el que los individuos, una vez que cuenten con los servicios básicos, puedan desarrollar sus capacidades productivas. Hoy en día, la apertura de fronteras en el mundo y la integración económica internacional exigen medidas adecuadas para promover el desarrollo. Es necesario reconocer que a partir de las nuevas tendencias mundiales, México debe buscar coherencia en su política económica y el bienestar de su sociedad. Para luchar contra la pobreza que acecha a más de la mitad de nuestra población, la justicia social tiene que ser la principal preocupación de la política económica. Las soluciones deben de ser sostenibles y a largo plazo, pero sobre todo, nunca deben de ser excluyentes.

Por ello, es necesario asumir los retos y los peligros que se ciernen sobre las democracias contemporáneas al tiempo que reconocemos también que las posibilidades de sortearlos están al alcance del compromiso ciudadano. Subrayar lo anterior sirve para recordarnos que una de las debilidades del desarrollo latinoamericano está en el peso de los poderes fácticos por sobre la competencia real de los agentes sociales. Se trata por el contrario, de combinar mercado, política social y democracia.

Esto me permite resaltar que otro de los valores que apreciamos en la izquierda que yo represento es el de la Competencia Ecónomica,es decir la búsqueda de una economía de mercados competitivos y no de monopolios públicos y privados. Esto es particularmente importante para entender fenómenos que están emergiendo en América Latina,incluyendo a México y que a veces de manera muy simplificada se les agrupa bajo el término de populismo.

La pregunta clave no es en qué consiste el populismo sino a qué circunstancias políticas, sociales y económicas responde? Es necesario volver a decirlo, ésta es la región con la mayor desigualdad del ingreso en el mundo. Todos los países de la región son más desiguales que el promedio mundial. En 17 de estos países un 25% de la población vive por debajo de la línea de la pobreza y en tres de ellos la proporción de pobres supera el 50%.También encabeza la mayor desigualdad en el acceso a activos como la tierra o el empleo. Siete de cada diez empleos creados en la región desde 1990 corresponden al sector informal. Algunos analistas estiman que la pobreza en América Latina que afecta a más de 200 millones de personas se habría eliminado si la región tuviera la misma distribución de ingreso que tiene algunos países de Europa del Este o de Asia.

La inequidad acrecienta la disparidad social y productiva de nuestras sociedades, dificulta la construcción de consensos duraderos y alimenta una visión política cortoplacista y depredadora. Los estados nacionales tienen dificultades para establecer compromisos creíbles. Los agentes sociales no siempre se embarcan en acciones colectivas para defender intereses comunes. Se dañan instituciones capaces de procesar conflictos. La desconfianza mina la ciudadanía y la competencia económica, porque la exclusión es el enemigo principal del desarrollo. Este fantasma populista enmascara apenas una revuelta popular contra las formas de intervención del poder concentrado. Este poder que está basado desde luego en el dinero pero sobretodo en el acceso al poder político y al conocimiento mina la democracia en la medida que captura la mayor parte de las ventajas económicas, políticas y culturales de la globalización y arroja a la exclusión social a un número mayor de grupos y ciudadanos.

Finalmente, la difusión de un sistema de seguridad social universal debe contar con ciertos puntos de partida obligatorios. Lo primero que mencioné en este discurso fue que nadie debe quedar fuera de este sistema. La inclusión total de la sociedad en los programas de política social es el principal elemento de mi plataforma política. Cada individuo debe contar con un sistema integral de apoyo alimentario, médico, educativo, familiar y laboral. Además, hay otros elementos obligatorios para el fortalecimiento de la seguridad social universal, como es el acceso equitativo a la cultura, el deporte y el arte.

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About Me

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He sido dirigente del movimiento estudiantil de 1968, dirigente en el PMT, miembro fundador del Movimiento de Acción Política y del PSUM en los setentas. Miembro Fundador de la UNORCA. De abril a julio de 2006 fui el coordinador general de la campaña presidencial de Patricia Mercado. Como funcionario público he sido Subsecretario en la Secretaría de Agricultura, y Subsecretario en la Secretaría de la Reforma Agraria en México entre 1988 a 1994. En 1995 me desempeñé como Director de Desarrollo Rural de la FAO en Roma y desde 1997 hasta 2005 fungí como Representante Regional de la FAO para América Latina y el Caribe. Como escritor soy miembro Fundador de La Jornada y colaborador de la Revista Nexos. De 2006 a 2009 fui profesor visitante en el Taller de Teoria Política de la Universidad de Indiana en Bloomington, dirigido por los profesores Vincent y Elinor Ostrom. EN 2015 fui Profesor Tinker en la Universidad de Wisconsin en Madison. He terminado dos libros a publicarse sobre la transición política en México. He terminado un libro sobre las reformas rurales en 1991 y estoy trabajando en una trilogía novelada. El primer tomo se llama 68.

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