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Friday, August 25, 2006

LA COYUNTURA ACTUAL MAS ALLA Y MAS ACA: EL PARTIDO DE TODOS TAN TEMIDO

Texto presentado por Gustavo Gordillo para la discusión del Comite ejecutivo Federado ampliado del Partido Alternativa en julio del 2006

LA COYUNTURA.: UN EQUILIBRIO CATASTROFICO

Vivimos un situación de equilibrio catastrófico. Ni las fuerzas de orden pueden avanzar e imponer su hegemonía, ni las fuerzas del progreso logran salir del callejon sin salida en el que se colocaron. Partamos de los detalles de la jornada electoral propiamente dicha, para ir después más allá y mas acá de la coyuntura.


LOS CIUDADANOS. La jornada electoral fue pacifica, la participación de casi 60% de los electores fue sintomática de la importancia que le concedieron los ciudadanos. El resultado político central de LAS ELECCIONES fue el hundimiento del centro político. Probablemente el resultado habría sido favorable a AMLO y por un amplio margen de no haberse hundido el PRI y con ello haberse polarizado la elección. El otro resultado relevante es la movilización silenciosa pero extremadamente efectiva de la derecha –probablemente como en la derrota sandinista en Nicaragua comandada por la jeraquía eclesiástica católica.


LOS ORGANISMOS ELECTORALES. No hay aún ninguna prueba contundente de fraude masivo maquinado. La coalición perredista ha presentado casos de casillas donde se inflaron los votos para Calderón y se redujeron los votos para AMLO. De los tres partidos más grandes, el PRD tuvo la más baja cobertura de casillas ya que con la reducción el mismo día de las elecciones de casi 20 mil representantes no alcanzó a cubrir el 80% de las casillas.Esto particulamente ocurrió en estados donde habia una fuerte inclinación hacia el PAN como Sonora y Chihuahua. Lo que sí hubo fue un manejo desastroso de la comunicación política del Consejo General y sobretodo del consejero Presidente. Los silencios informativos sobre el archivo de las actas con inconsistencias, sobre los resultados del conteo rápido, sobre la manera de interpretar el PREP, sobre las primeras acusaciones de fraude. Con un credibilidad en descenso producto del origen político de este segundo Consejo General el mal manejo de la comunicación alimentó la desconfianza y el rumor interesado.


LOS PARTIDOS. A) El hundimiento del PRI es claramente el producto de una política suicida de exclusión política promovida por Madrazo, de desprendimientos masivos de los operadores políticos priístas y de un abandono deliberado de la cúpula empresarial. Cuando a fines de marzo se vió la dificultad que tenía el PRI y sobretodo Madrazo para mantenerse en la competencia las elites económicas comenzaron a inducir a Elba Ester Gordillo y a los gobernadores a actuar en una dirección que pudiera permitir una alianza de facto entre el PAN y el PRI para enfrentar a AMLO. Después del primer debate y la actuación mediocre de Madrazo es probable que estas presiones crecieron en intensidad. Sólo ahora en retrospectiva es posible conjeturar una hipótesis de la última maniobra que intentó Madrazo en mayo cuando comenzó a correr la especie que iba a declinar a favor de AMLO. Esta maniobra sobretodo porque lo que siguió fue el relanzamiento de la campaña “centrista” de Madrazo buscaba probablemente detener las presiones de los gobernadores norteños encabezados por el gobernador de Chihuahua y de la profesora Gordillo hacia la alianza derechista. B) El PAN y sobretodo su comité de campaña tuvo un sólo acierto táctico: la campaña negativa contra AMLO. Pero su estrategia central que era consolidar su voto duro, su voto leal lo habría llevado a la derrota electoral. En efecto la estrategia inicial panista de consolidar su voto duro era una estrategia para perder las elecciones presidenciales pero sin perder sino incluso avanzar en las elecciones legislativas. C) El PRD tuvo un acierto estratégico central: el armado de la coalición electoral de los pobres que comenzó a despuntarse desde el gobierno del DF, y un acierto táctico: minar la base electoral del PRI atrayendo a los operadores electorales de este partido. Pero tuvo un error estratégico crucial: no convertir la coalición de los pobres en una coalición de los ciudadanos sin privilegios. Es decir el error estratégico reside en no haber intentado expandir la coalición hacia las clases medias. Como se ha podido constatar en todos los casos de triunfos de amplia base popular en América Latina el papel de las clases medias es insustituible. Además la campaña de AMLO cometió varios errores tácticos. Algunos archi mencionados como la no participación en el primer debate, la no respuesta inmediata a la campaña negativa, la erosión que en su flanco izquierdo ocasionaba lanzar como candidatos a ex priístas de muy dudosa reputación democrática,etc. Pero el mayor error táctico cuyas consecuencias va a resentir ahora que entran a la resistencia es haber dejado el control efectivo del PRD y consecuentemente de las candidaturas legislativas y las cruciales del DF en manos de fuerzas más leales al aparato que al caudillo.


LOS PODERES DEL DINERO. Organizados alrededor del CMHN los grandes grupos empresariales comenzaron a moverse clarmente a mediados de mayo a favor de la candidatura de Calderón. En la operación política desplazaron a la fracción productivista del empresariado como Carlos Slim y a los tradicionales empresarios priístas. El aglutinamiento ideológico que ocurrió por primera vez desde 1988 alrededor de COPARMEX y sus distintas parapetos “ciudadanos”; fue operado directamente por Servitje y la Unión social de empresarios católicos que seguramente lograron articular a todo en mundo político de las derechas incluyendo a los grupos ultras como El Yunque.


LOS PODERES DE LAS IDEAS. Para los monopolios de la comunicación nunca hubo dudas de la necesidad de detener a AMLO. Pero sólo hasta mayo como para el resto del empresariado quedó claro que el único candidato que quedaba era Calderón. La verdadera campaña de los grupos TELEVISA y TVAZTECA fue la campaña negativa contra AMLO a través de la programación normal. Muy pronto comprendieron que para alejar a las clases medias de la coalición perredista lo mejor era darle el micrófono a AMLO o sus aliados. Para efectos electorales esta campaña contra AMLO fue más efectiva desde la radio y através de encuestadoras, grupos de opinión, think-tanks. El otro monopolio ideológico, la Iglesia católica operó desde la base y através del clero medio que, a diferencia de 1994 –cuando aun era perceptible la influencia de Samuel Ruiz y el pequeño sector de la Teología de la Liberación- ahora estaba plenamente articulado a la hegemonía conservadora de la jeraquía eclesiástica.


EL GOBIERNO. La impericia en el manejo del desafuero resumió las falencias estructurales del gobierno de Fox pero también la decisión irreversible de usar todos medios legales e ilegales para evitar la llegada de AMLO al gobierno.Este veto a AMLO tien una sola razón: aparecía como el único candidato que no les daría garantías de impunidad a la familia presidencial. El uso de los programas sociales para fines electorales fue intentado por el gobierno panista con limitado éxito en las elecciones del 2003. Se comprobó lo que un sinnúmero de estudios sobre la materia demuestran: no hay causalidad directa entre beneficiarios de los programas sociales y el voto cautivo. La transformación de beneficiarios de programas sociales sociales en electores cautivos de un partido requiere de operadores y de un discurso político adhoc. La demostración estadística reciente que en zonas de Oportunidades el voto se orientó predominantemente hacia el PRD confirma más bien la transferencia de los operadores priístas hacia el perredismo en determinadas regiones del país. Sin embargo en muchas regiones rurales y urbanas del norte y occidente de México operó en un sentido contrario -es decir, a favor del panismo- el voto transformado de los programas sociales. Un caso particularmente emblemático del manejo panista de los programas sociales esta justamente en un estado gobernado por el PRD –Zacatecas- en una región tradicionalmente priísta, de clase media rural y baja votación histórica panista –la zona frijolera del norte del estado.


MAS ALLA DE LA COYUNTURA: PACTO HISTORICO O ACUERDO OPORTUNISTA


La estrategia poselectoral de AMLO ha estado orientado a la anulación de las elecciones y al establecimiento de un gobierno provisional. Muchos izquierdistas y sobretodo muchos actores antiliberales cultivan dentro de su corazón un síndrome que podríamos denominar el síndrome de Kerensky y que en esencia es el desplome del gobierno capitalista y la toma del poder por las fuerzas progresistas. Pero es necesario recordarles a esos ingenuos izquierdistas que si a registros históricos nos vamos también cabe otro síndrome cultivado por otros actores tan antiliberales como los izquierdistas: el síndrome de Weimar y que en esencia es es desplome de un gobierno liberal débil y su sustitución por una coalición derechista que abrió la puertas al asalto del poder de Hitler y sus huestes. Por eso la anulación de las elecciones no es sólo la estrategia del sector predominante en la coalición amlista sino también paradójicamente la estrategia de un sector de la extrema derecha agrupado através del Yunque y el empresariado de Chihuahua que no confian en la fortaleza d eun gobierno encabezado por Calderón. Este escenario es por demás ideal para un nuevo impulso a la ultra-izquierda pero sobretodo para todos los poderes ilegales como la delincuencia organizada.


El escenario del interinato y la misma discusión pública de su posibilidad es el rasgo que mejor refleja la característica central de la coyuntura actual que es el equilibrio catastrófico. Conviene en este momento hacer un breve rodeo en torno a los conceptos gramscianos de hegemonía y equilibrio catastrófico. El esfuerzo fundamental de Gramsci en relación al marxismo es superar el economicismo de su ideología. A través del concepto de hegemonía Gramsci articula dominación política y cultural. Hegemonía se distingue de dominio porque éste se expresa en formas directamente políticas y en tiempos de crisis a través de la coerción. Al sumar la esfera cultural Gramsci construye un tipo especial de dominación caracterizado como un cuerpo de prácticas y expectativas en relación con la totalidad de la vida. La hegemonía constituye un proceso y nunca una forma pasiva de dominación. En este sentido, un grupo hegemónico es aquel que representa los intereses políticos del conjunto de grupos que dirige.

El concepto de crisis en Gramsci está íntimamente relacionado con su particular visión de la conformación del Estado. Para Gramsci "el estado es hegemónico, es el producto de determinadas relaciones sociales, el complejo de actividades con las cuales las clases dirigentes justifican y mantienen su dominio y logran obtener el consenso activo de sus gobernados. Las instituciones son el escenario de la lucha política de clases". El Estado se constituye por agregación. Un estado es fuerte en la medida en que la clase dominante logra despojarse de sus intereses corporativos e incorpora los intereses de otros sectores dominados. Las crisis en Gramsci surge cuando entra en crisis la capacidad de sumar, agregar, incluir - procesándolos - el mayor número de intereses al bloque hegemónico. La crisis es siempre crisis entre representantes y representados. A la vez nunca una crisis es una vuelta al pasado. Gramsci concentra su interés en el modo en que el Estado se recompone en situaciones de crisis. El proceso más frecuente es el que denomina "revolución pasiva" generalmente llevado adelante por un líder carismático. La revolución pasiva es el proceso a través del cual la esfera más consolidada del poder político y económico recupera una parte de las demandas de los gobernados quitándoles su iniciativa política. Este proceso específico es denominado por él como transformismo que consiste en la decapitación intelectual de la dirigencias opositoras através de la cooptación, es decir la clásica política priísta. El Estado de esta forma amplía su esfera de influencia. La dimensión de la crisis orgánica sólo es posible por efecto de la perturbación causada por una o un conjunto de fluctuaciones muy fuertes que, en un período de tiempo muy corto, desestabilizan completamente el sistema, o como resultado de fluctuaciones de larga duración, que maduran la crisis lentamente, en ocasiones sin exteriorizar signos de advertencia, como ocurre con los "tsunami" en altamar, que no son percibidos fácilmente, pero que estallan con furia irreprimible cuando chocan con el litoral.El caso más común es, desde luego, el de las fluctuaciones de larga duración durante las cuales, "muere lo viejo sin que pueda nacer lo nuevo". Estos son períodos de crisis cultural caracterizados por su dispersión en los distintos ámbitos de las relaciones sociales, en los cuales se superponen crisis de valores, crisis institucionales, políticas, éticas, morales, como ocurre en los períodos de transición entre dos momentos históricos. Cuando estas crisis de transición se prolongan demasiado se presenta el fenómeno llamado por Gramsci «equilibrio estático» o equilibrio catastrófico, caracterizado porque las fuerzas en lucha se equilibran "de una manera tal que la continuación de la lucha no puede menos que conducir a la destrucción recíproca". Estos períodos pueden ser de "tiempo muerto", durante el cual pareciera que «no pasa nada», o períodos de lucha violenta durante los cuales pareciera que no hay ganadores ni perdedores. Desde luego, siempre «pasa algo», y «alguien gana o pierde». Es importante recoger las dos causas de crisis orgánica citadas por Gramsci en los Cuadernos: el "fracaso" de la clase dirigente en alguna causa política de envergadura, para la cual demandó el apoyo y obtuvo el consenso de las grandes masas; y la acción consciente de éstas en torno a reivindicaciones que constituyen en sí mismas una “revolución”.
Esta “crisis orgánica” mexicana viene gestándose desde fines del gobierno de De la Madrid. La crisis de conducción política que había llevado a al desprestigio y al descalabro político de los régimenes políticos desde 1968 intentó finalmente ser enfrentada através de un doble movimiento.Por una parte la reconstrucción del bloque hegemónico a partir de las reformas estructurales, que significó el desplazamiento de la burocracia de estado por el sector financiero.Por otra parte, la modernización del corporativismo estatal através de circuitos territoriales que implicaba el desplazamiento del corporativismo gremial y la transformación del PRI. Los asesinatos políticos de 1994 y el mismo levantamiento del EZLN descarrilaron esta estrategia de recomposición hegemónica. En su lugar las distintas elites políticas –priístas y de las distintas oposiciones- pactaron a partir de las reformas electorales de 1994 un sinuoso camino de avance político con un mínimo común denominador: la limpieza electoral.El arreglo institucional para logra sólo esto fue en muchos sobrecargado debido a que se construyó sobre la base de profundas desconfianzas entre los actores políticos. Las oposiciones de derecha e izquierda suponían que la eliminación de la posibilidad de fraude electoral llevaba inevitablemente a la alternancia. Por ello y aunque se discutió en muchos foros el tema de la reforma del estado no hubo nunca un compromiso político respecto a las reformas institucionales necesarias para acompañar a la probable alternancia.

Como es sabido el gobierno de Fox se debatió en torno a un dilema: desmantelar el poder del priísmo concentrado en corporaciones e instancias estatales aliándose con el PRD, o bien establecer con el priismo un pacto de gobernabilidad que le permitiera apobar las reformas fiscal,energética y laboral. La tragedia del gobierno de Fox fue que no logró ninguna de las dos cosas. En buena parte por ineptitud en la operación política pero sobretodo por la ausencia de arreglos institucionales que fomentaran la cooperación, y de actores políticos dispuestos a pactar una estrategia política de largo plazo. Sobretodo los tres partidos principales convirtieron al Congreso de la Unión en un sistema de vetos mutuos que llevó a la parálisis al conjunto del Estado.Este es el fracaso de la clase dirigente que permite desvelar la crisis orgánica del Estado. La convergencia de la crisis social –que también viene de lejos- y de la crisis de representación política configuran esta situación de equilibrio catastrófico. Para muchos actores la manera de resolverla es con una huida hacia adelante bajo la forma del llamado interinato. Este camino lleva inevitablemente hacia una mayor desarticulación del país en regiones cuasi soberanas y en un debilitamiento del Estado. Es decir balcanización política y crispación social.

Hay otra forma de enfrentar esta coyuntura de equilibrio catastrófico. Requiere un enorme esfuerzo de construcción de consensos en la etapa previa a la asunción del nuevo gobierno. Requiere del TEPJF una salida que convenza al menos en buena parte a un importante sector de la ciudadanía que los resultados electorales por medio de los cuales se determinó a un candidato presidencial como ganador, expresan sustancialmente la voluntad ciudadana expresada el 2 de julio. Aún logrado este complicado y trascendental dictamen, apenas es el punto de partida para un acuerdo nacional.que garantice gobernabilidad de largo plazo. En cualquiera de las dos hipótesis –sea que se confirme el triunfo de Calderón o se modifique a favor de AMLO- ambos se enfrentan al mismo dilema. Resuelven su problema de legitimidad para gobernar através de un acuerdo oportunista con el PRI o deciden avanzar por el sendero de un verdadero pacto histórico. Pacto histórico entre la derecha y la izquierda mexicanas. Entre la formación discursiva que privilegia el valor de la libertad y la formación discursiva que enfatiza el valor de la justicia social. ¿Pacto histórico o acuerdo oportunista? ¿La transición hacia la consolidación democrática o el retroceso a un gobierno de facciones prisionero de lo peor de las viejas clases políticas y de lo más depredador de las elite económicas?


MAS ACA DE LA COYUNTURA: EL PARTIDO DE TODOS TAN TEMIDO

Estamos intentando construir desde Alternativa un nuevo partido político en el momento de mayor desprestigio de esta forma de organización social. Estamos buscando conformar un partido de izquierda justo en el momento que la coalición perredista parece presagiar que no hay otro camino a la izquierda que él que ellos están prefigurando. Para conjurar ambos obstáculos propongo como punto de partida una definición de Norberto Bobbio. Dice que la democracia de los modernos “es el Estado en el que la lucha contra el abuso de poder se desarrolla en dos frentes: contra el poder desde arriba en nombre del poder desde abajo, y contra el poder concentrado en nombre del poder distribuido”. Yo me imagino que este partido que queremos construir debe abrazar la lucha contra el abuso del poder desde abajo y desde el poder distribuido. Esto como trataré de precisar más adelante determina la forma del partido y la forma del mismo quehacer político.
Una segunda reflexión tiene que ver con idea de que hoy más que nunca los partidos políticos no son el único espacio que produce política es decir, no es el único espacio que produce bienes públicos. Mas aún el conjunto de organismos,instituciones,movimientos y espacios sociales que están continuamente produciendo bienes públicos bajo formas variadas que van desde la movilización social hasta las propuestas de políticas públicas o las demandas reivindicatorias, exigen una mayor precisión en relación a la respuesta de para qué los partidos políticos. La respuesta quizás es más fácil si sintetizamos algunos de los rasgos que definen la coyuntura política actual:
El poder político constituido está suficientemente distribuido por tanto no hay juego suma cero;
los poderes fácticos en cambio están concentrados;tenemos un problema de monopolios que bloquean el acceso a fuentes de poder;
el gran problema es el corporativismo no solo ni fundamentalmente de las asociaciones de trabajadores sino de las fuerzas económicas incluyendo las del conocimiento: los grandes empresarios trasnacionales;de la comunicación;de las finanzas;de la fe;del conocimiento académico;el monopolio de los pobres;
el tema central es la descorporativización de la elite política.

Si la función central de un partido político es su capacidad de agregación de intereses sociales diversos, un partido de izquierda debe ser capaz de expresar esa agregación no como inventario de demandas sociales –la clásica shopping list de los partidos cacha-todo como el actual PRD- sino como proyecto alternativo de sociedad. Se trata en realidad de un momento cultural. O para decirlo de otra manera un proyecto que encarna formas nuevas de relacionarse de los ciudadanos con los poderes constituidos y entre ellos mismos.
En el último tercio del siglo XX la discusión más significativa en el ámbito del quehacer público ha girado alrededor del concepto de soberanía popular. Sea que la discusión se adentre en el terreno de la reordenación económica, sea que se analicen los problemas de la representación democrática o se revisen las características de los nuevos movimientos sociales y sus expresiones culturales; en todos los casos el debate implícito está relacionado con el tipo de relaciones entre sociedad y Estado.
Las movilizaciones y el debate entre las distintas fuerzas que integran la entretejedura de las sociedades latinoamericanas en las últimas décadas obedece claramente a la extenuación del modelo corporativo estatal. Este modelo se marchita respecto: a) al formato central basado en el entendido de que las fuerzas sociales son conjuntos homogéneos y no como realmente son conjuntos heterogéneos que no obedecen a un principio automático de unificación; b) al discurso de justicia social que se ve cuestionado desde el espacio de la construcción democrática con el reclamo de mayor participación en la toma de decisiones; c) al concepto de tutela estatal concebida corno protección a los intereses de "menores de edad", impugnado desde la reivindicación de plena ciudadanía de los distintos agentes sociales.
Se puede convenir que para la inmensa mayoría de los ciudadanos que votaron por las coaliciones de izquierda en Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, o Venezuela había una comprensión más o menos intuitiva del horizonte de lo posible. Pero también una idea más o menos alimentada por las promesas electorales o por los discursos de campaña respecto a que las cosas iban a cambiar con la asunción de esos nuevos gobiernos. Hay por tanto una crisis de expectativas que se extiende a los países en que sus gobiernos se asumieron fundadores de un nuevo régimen político.
La acción del narcotráfico, del terrorismo y de la delincuencia organizada convergen en un contexto donde pueden estar en riesgo algunos valores esenciales del pensamiento liberal-democrático. Es inviable ignorar el profundo cambio que esto ha traído en términos de la construcción democrática y el sentido mismo de la política democrática. El informe titulado "Un mundo más seguro: la responsabilidad que compartimos" presentado el año pasado por el Grupo de Alto nivel sobre las amenazas, los desafíos y el cambio al secretario general de las Naciones Unidas contiene recomendaciones relacionadas con el tema de la seguridad desde distintas perspectivas. Hoy estas amenazas están interconectadas de una manera sin precedentes y es evidente que ningún Estado por sí mismo puede enfrentarlas exitosamente. Se requiere de la colaboración de todos y de la acción multilateral. El tipo de inseguridad al que se enfrentan los ciudadanos de nuestros países abarca la amplia gama de amenazas que van desde incertidumbres por falta de empleo o de redes de protección social hasta amenazas derivadas del crimen organizado o del terrorismo. Los efectos combinados de la inseguridad ciudadana y de la percepción de una inequidad en las decisiones públicas refuerzan un sentimiento de aislacionismo y huída hacia delante. Hay también por tanto una crisis del concepto mismo de espacio público.


El tema de la ética pública emerge con fuerza enorme. Muchos ciudadanos a raíz de escándalos por corrupción que involucran a gobiernos progresistas se preguntan más allá de la manipulación política y más acá del cinismo que todo convalida por la vía de los usos y costumbres, cuál es el sustrato moral mínimo de un gobierno progresista que promete hacer política de “otra manera”. Hay por tanto también una crisis moral.


En la discusión más seria y más estratégica para enfrentar estas tres expresiones de una coyuntura caracterizada por un equilibrio catastrófico, creo percibir dos conjuntos de respuestas que a su vez expresan a distintas conjuntos sociales. Por una parte está quienes consideran que en un gobierno republicano el tema central para sustentar una nueva moral pública pasa por el cambio de reglas; específicamente por la transición del presidencialismo –exacerbado o atenuado, constitucional o metaconstitucional- hacia un semiparlamentarismo que obligue a constituir mayorías parlamentarias para gobernar. Mientras que otros insisten que más allá de las instituciones, están los actores y la forma de construcción de nuevas coaliciones sociales. Privilegian el momento cultural y promulgan, por la naturaleza policéntrica del poder en el mundo de hoy, un proceso de acumulación de fuerzas de largo aliento, una estrategia de largo plazo que construya desde abajo la nueva hegemonía. Ambos conjuntos han sido en la coyuntura actual contradictorios sino es que francamente antagónicos. Sus estrategias, sus ritmos políticos, sus prioridades programáticas y sus estilos de hacer política son contradictorios. Hoy son un juego de suma-cero pero pueden ser suma positiva. Porque ambas coaliciones son centrales para rescatar al país de un proceso creciente y acumulativo de desarticulación social, fragmentación política y retroceso económico.
Y esto me lleva a la segunda pregunta: qué debería distinguirnos de otros partidos? Frente a la izquierda perredista debemos oponer una izquierda de valores es decir una izquierda que guía su acción política através de 6 principios: justicia,libertad,autonomía, tolerancia y respeto a la diferencia, laicismo y competencia y solidaridad; frente a una izquierda de componenda. Frente a la izquierda de Marcos es necesario oponer la idea que el fin no justifica los medios ni para llegar al poder ni para ejercerlo. Que más que el poder lo que importa es la política, es decir la construcción de ciudadanía. Como lo dice Rodriguez Zapatero: “Lo que da fuerza a un proyecto democrático es la transparencia, la deliberación democrática,el debate”.
Por lo anterior el rasgo definitorio que deberá distinguirnos es que pretendemos construir un partido que sea el espacio de enlace entre lucha electoral y lucha social en tanto vida cotidiana con sus expresiones revindicativas,con sus causas y con su sociabilidad. Varios analistas subrayan que una determinada combinación de fragmentación y anomia social se despunta peligrosamente en el horizonte latinoamericano. Por ello, se requiere que la política regrese a la sociedad. Pero en sentido estricto la política no ha abandonado a las sociedades modernas, aun cuando los partidos políticos, los gobiernos, los parlamentos o simplemente los políticos gocen de una exigua popularidad. Si la política no ha abandonado a la sociedad lo que sí ocurre es que se expresa de manera sincopada a través de grandes oscilaciones y rupturas. Falta continuidad en un proceso de aprendizaje ciudadano.
Las redes sociales pueden jugar un papel relevante en la solidaridad ciudadana o en la acción política democrática cuando se han nutrido de un ambiente cívico que favorece valores como la tolerancia, la concertación y el debate civilizado. En ese caso son redes abiertas a la sociedad y no enclaustradas en sí mismas. Pueden ser formas de agregación de intereses para pensar más allá del interés particular, gremial o local requieren de un contenido discursivo. Quizás aquí está el germen de nuevas expresiones de organicidad democrática frente a irrupciones desarticulantes. Redes sociales dotadas de cultura cívica, volcadas hacia la sociedad y con un discurso que transite del interés particular al general. Se trata entonces de un enfoque sobre la política ciudadana expresado en redes sociales. Tiene un eje central. Promover e inducir la participación ciudadana como una forma de aprendizaje social a través de la toma de decisiones que afectan y competen a las diversas colectividades respetando tiempos y expresándose en elecciones, parlamentos, comunidades y movilizaciones. Sería un partido-acordeón por su ductilidad y porque no aspiran a acuerdos totales sino a convergencias discursivas. Pero también sería un partido ciudadano porque asumen las reglas básicas de la convivencia democrática y participa electoralmente.



DE LA VISION A LA ACCION


¿Cuándo comienza el deterioro del sistema de partidos en México que se expresa en luchas intestinas intermitentes, ausencia de debate político sustantivo, pragmatismo instrumental y muy débiles lazos de lealtad?
El sistema de partido hegemónico que fue construyéndose a partir de las reformas cardenistas alcanza su punto más alto en los 18 años que abarcan los gobiernos de Alemán,Ruiz Cortinez y López Mateos. Luego inicia una lenta y dilatada decadencia a partir del gobierno de Díaz Ordaz y hasta el gobierno de De la Madrid. En este largo proceso que marca a todos los actores políticos y sociales de México – aun a las corrientes más opositoras- el Partido procesaba consensos y sobretodo equilibrios através de un mecanismo de arbitraje presidencial decididamente dependiente de la lealtad de los lideres políticos.
¿Qué garantizó la lealtad en ausencia de un código prográmatico como ocurre con otros partidos históricos? La certidumbre de la permanencia en el poder como una fuerza hegemónica. Esto permitió como lo expresó un agudo analista, que todos esperaran su turno en la fila de los aspirantes. Además permitió una lenta pero discernible circulación de la elite partidista. Como se sabe el camino para llegar al poder ejecutivo era en general las distintas corporaciones incluyendo de manera destacada al poder legislativo que funcionó más como corporación que como instancia constitutiva del Estado nacional.Pero las otras corporaciones: agrarias,obreras,de profesionistas y burócratas,empresariales, también fueron vías de ascenso.
Este pacto de lealtad y complicidad con su doble juego hacia las disidencias: cooptación o represión, se ve impugnado desde tres ámbitos. El primer ámbito, producto de la propia iniciativa del sistema hegemónico con las señeras reformas electorales de Reyes Heroles en el gobierno de López Portillo, destapa un zigzagueante proceso de apertura electoral que finalmente instaura con las reformas en el gobierno de Zedillo una real competencia electoral.
El segundo ámbito de impugnación es producto de la modernización de la sociedad mexicana.La ampliación de las oportunidades de acceso a educación básica, el desigual y caótico proceso de urbanización, el disfrute de algunos bienes culturales y una pequeña apertura informativa en los medios de comunicación escritos y por encima de todos estos eventos las sistemáticas crisis económicas de fin de sexenio; generaron unas clases medias informadas, antisistémicas y en ocasiones capaces de articular movilizaciones cívicas de diversas intensidades.
El tercer ámbito de impugnación es más complejo. Es producto de la percepción de un gobierno ineficiente atrapado en redes de clientelismo y corrupción y profundamente injusto con aquellos que no tiene poder político o poder económico. El resentimiento social contra la impunidad de los personajes poderosos es probablemente el resorte más profundo en las movilizaciones ciudadanas de los últimos años. En esto reside hoy la mayor fortaleza de la convocatoria social de AMLO.
La inequidad acrecienta la disparidad social y productiva de nuestras sociedades pero la impunidad dificulta la construcción de consensos duraderos y alimenta una visión política cortoplacista y depredadora. La desconfianza alimentada por la impunidad y la inequidad mina la ciudadanía y la competencia económica. Alimenta movilizaciones populares contra las formas de intervención del poder oligárquico. Este poder oligárquico basado desde luego en el dinero pero sobretodo en la concentración de poder económico y poder político mina la democracia y debilita al sistema de partidos. La presencia y el accionar del poder oligárquico es la nodriza que alimenta los impulsos que desde la sociedad desarticulan instiuciones y rompen reglas de conviviencia.
Pero también como consecuencia de la alternancia un cierto grado de poder político expresado en diputaciones, senadurías, gubernaturas y puestos administrativos está distribuido entre los tres principales partidos. Esto genera dos reacciones. Una hacia un nuevo pacto oligárquico para erigir barreras de entrada a otros potenciales actores políticos con lo cual se bloquea una mejor expresión del pluralismo social. Por otra parte, puesto que todos estos actores tienen mucho que ganar con el mantenimiento de la competencia electoral se refuerzan tendencias hacia la estabilidad interna. Esta estabilidad no la logran através del debate, la deliberación pública y el establecimiento de reglas claras para la competencia interna, sino de una fuga hacia adelante.
La pobreza del discurso político en la campaña electoral, la renuncia a debatir internamente los perfiles de los candidatos idóneos de cada partido al Congreso y sustituirlos con encuestas y sondeos o con cuoteos definidos “en lo oscurito”, y la influencia real de los otros poderes fácticos genera un fenomeno generalizado en la escena política. La política como espectáculo, como riña para dirimir conflictos personales. La política como ejercicio de clientelas politicas, más la política como espectáculo, más la política como ajuste de riñas personales. Esto es el panorama entre la clase política de siempre. Por esto se requiere que la política regrese a la sociedad. La política como acción cooperativa para resolver problemas nacionales a partir de resolver problemas de la vida cotidiana. Como una combinación entre la embriaguez del discurso y la fragancia de los métodos,es decir sutileza en el planteamiento y sentido de la oportunidad en la acción El partido de todos tan temido porque supone recuperar la política como actividad para todos y no para unos cuantos iniciados.
¿Como traducimos esto en una estructura orgánica y en prácticas políticas? En primer lugar generando espacios continuos y permanentes de discusión política, elaboración programática y en el fondo, aprendizaje cívico de todos los miembros de este partido. Deben utilizarse al menos tres formas de deliberación en el Partido: a) la discusión periódica sobre temas de actualidad con un propósito de intercambio de opiniones, b) la deliberación organizada con el propósito de preparar reuniones estatutarias en cuales se deben tomar decisiones colegiadas sobre programa,estrategia o elecciónes internas para candidatos electorales o para funcionarios del partido y, c) cursos de capacitación y actualización política. Estos distintos espacios de deliberación deben ser estatutarios –es decir forman parte de los derechos de los adherentes a este partido y de las obligaciones de sus funcionarios, y deben combinar métodos electrónicos que preparen las reuniones presenciales. El punto culminante sería una reunion anual Programática cuyo objetivo central sería actualizar y reafirmar las lineas discursivas centrales del Partido.
Debe haber plena transparencia através de un esquema estatutario que establezca nítidamente los procedimientos que se siguen hasta arribar a decisiones de distinta naturaleza en el Partido. Implica evidentemente establecer las atribuciones de los distintos organos directivos –comité nacional,comites estatales y municipales,consejos políticos,etc. Requiere tener además un doble mecanismo de defensa del adherente frente a potenciales arbitrariedades de los organos directivos. En primer lugar, un Defensor del Adherente que funcione, guardadas sus proporciones como un ombdusman. En segundo lugar, un sistema de control de calidad en los resultados y de evaluación continua. Ambos sistemas reforzarían enormemente las funciones de un comite de ética y garantías que podrían entonces sí actuar no sólo como una instancia punitiva sino también como una instancia de rectificación.
El partido debe ser una escuela de ciudadanía. Debe en primer lugar organizarse considerando el tiempo real de los ciudadanos libres no de los políticos profesionales. Mas aún si se quiere favorecer la participación de mujeres y jovenes el partido debe proveer de la infraestructura material y política que garantice y acreciente esa participación. Sobre esta base debe establecerse un sistema de paridad de género en los organos de gobierno del partido. En esta misma dirección debe establecerse un programa de promoción en la participación ciudadana dirigida a niños y jovenes de menos de 18 años a la manera de los Jovenes Exploradores através por ejemplo de campamentos de verano.
El Partido debe desenvolverse en torno a una doble estructura.La estructura territorial favoreciendo el ámbito distrital que sería la estructura electoral nucleada através de una comisión nacional electoral. La otra estructura sería una estructura de movilización social y de promoción de causas que estaría organizada a partir de brigadas de reacción rápida por barrio,escuela,centro de trabajo o comunidad. Estas brigadas estarían nucleadas através de Conferencias semestrales por tema especifico o por causas pensando en las coyunturas concretas pero sobretodo en el encadenamiento de campañs que apoyen y sustenten nuestra participación electoral.
El tema central en todo partido es cómo definir el “nosotros” o sea las reglas para la afiliación. Propongo que eliminemos la palabra militante –término que evoca la naturaleza cuasi militar de los partidos de izquierda en el siglo 19 y 20- y denominemos en vez como adherente a quien se afilía a este partido. Propongo dos niveles de adhesión. La adhesión provisional que supondría una experimentación conjunta de la persona y de los miembros del Partido con quienes esté más directamente vinculado.Este periodo puede ser de un año. El segundo nivele sería el del adherente con plenos derechos.En ambos casos los requerimientos deben ser mínimos porque se supone que estarán inmersos en una dinámica de deliberación continua y eso permitirá que se familiaricen con el cuerpo programatico y el discurso del partido. En segundo lugar las doble estructura permitirá al adherente que pueda definir de acuerdo con sus otros intereses y obligaciones el tiempo y el ámbito en el cual dedicará tiempo para la actividad partidista. En tercer lugar los mecanismos de evaluación podrán ayudar a descubrir las habilidades, fortalezas y debilidades de los adherentes.
La horizontalidad y la colegialidad en el proceso de toma de decisiones no elude ni la responsabilidad personal ni las estrucutras jerárquicas. Las jerarquías pueden ser rígidas o flexibles pero existen y son necesarias.Deben eso sí reglamentarse.En este caso aplicaría el principio que ha sido utilizado con frecuencia en las Cumbres Mundiales que es el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas.Esto lleva a definir con nitidez las responsabilidades de las dirigencias pero también de manera concomitante y solidaria las responsabilidades de los adherentes que participan en la toma de decisiones.
Termino con lo siguiente. Se vale tener sueños. Los sueños permiten otear un horizonte, elevarte de tu cotidianeidad, abstraerte de las pequeñas mezquinidades. Los sueños insuflan pasión. Pero los gobernantes y en general los dirigentes políticos tienen responsabilidades con los ciudadanos. Saber distinguir entre lo deseable y lo posible. Entre una iniciativa cuyo tiempo ya maduró y otra que puede ser simple ocurrencia. En democracia es importante antes de lanzar una gran iniciativa haber construido consensos, tener recursos económicos para respaldar esa iniciativa, contar con los arreglos institucionales que garanticen mejor el éxito de la iniciativa.
Para Platón, Himeros y Pothos hijos de Eros expresaban dos impulsos contradictorios entre sí. Himeros representa el deseo hacia algo que se encuentra al alcance de la destreza o del genio humano. En tanto que Pothos es la añoranza hacia un objetivo que no es alcanzable. Puesto que el objeto de esta añoranza solo podría ser alcanzado en un mundo mejor no es extraño que Pothos estuviera asociado con la muerte o la trascendencia. Aristobulus, uno de los biógrafos de Alejandro el Magno parece ser que fue quien introdujo el tema de Pothos como el leif motiv de las excursiones del conquistador macedonio. Muchos historiadores antiguos creían que la fuerza interna que movía a Alejandro era una especie de añoranza por conocer nuevas culturas y países. La idea de la añoranza, del pothos también se encuentra en los trabajos de los filósofos neoplatónicos como Plotinus. Estos autores usaban la palabra pothos para describir nuestra pasión por la belleza, el ansia por nuevos conocimientos y nuestra aspiración por todo aquello que es bueno.

En todo emprendimiento humano hay esta tensión profundamente contemporánea entre propósitos y realidades. Entre las exigencias de la responsabilidad y los deseos de la convicción. Esta es la diferencia crucial entre izquierda populista e izquierda socialdemocrata: reconocer las restricciones para construir sueños posibles. Esta es también la diferencia con los políticos tradicionales que saben contar pero no sueñan. Lo cual está muy bien siempre y cuando no aspiren a dirigir una nación. La embriaguez del discurso, su capacidad para apasionar y mover a la acción ciudadana no está en la grandilocuencia. Está en la congruencia. Está en el talante democrático.

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He sido dirigente del movimiento estudiantil de 1968, dirigente en el PMT, miembro fundador del Movimiento de Acción Política y del PSUM en los setentas. Miembro Fundador de la UNORCA. De abril a julio de 2006 fui el coordinador general de la campaña presidencial de Patricia Mercado. Como funcionario público he sido Subsecretario en la Secretaría de Agricultura, y Subsecretario en la Secretaría de la Reforma Agraria en México entre 1988 a 1994. En 1995 me desempeñé como Director de Desarrollo Rural de la FAO en Roma y desde 1997 hasta 2005 fungí como Representante Regional de la FAO para América Latina y el Caribe. Como escritor soy miembro Fundador de La Jornada y colaborador de la Revista Nexos. De 2006 a 2009 fui profesor visitante en el Taller de Teoria Política de la Universidad de Indiana en Bloomington, dirigido por los profesores Vincent y Elinor Ostrom. EN 2015 fui Profesor Tinker en la Universidad de Wisconsin en Madison. He terminado dos libros a publicarse sobre la transición política en México. He terminado un libro sobre las reformas rurales en 1991 y estoy trabajando en una trilogía novelada. El primer tomo se llama 68.

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